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lunes, 19 de mayo de 2014

Mamá Osa y sus hijitos

Travesuras de Patuca


Mamá Osa y sus hijitos es un cuento corto con el que el niño/a interactúa a través de los personajes. Mientras se va desarrollando la historia, el niño/a va introduciendo en una cartulina con un paisaje sobre la granja, a la Mamá Osa, sus tres hijitos y la Señora Vaca.



Mamá Osa y sus hijitos




Mamá osa y sus hijitos, cuento


Un día mamá Osa tenía que ir a comprar, pero no podía ir con sus hijos y decidió pedir ayuda a su vecina la Sra. Vaca. Los tres ositos tenían mucho miedo porque no querían separarse de su mamá.

mama osa y sus hijitos

- ¡No te vayas mamá!- gritaban entre llantos

mama osa y sus hijitos

Pero su mamá les decía:

-No pasa nada, hijos míos. Con la Señora Vaca estaréis muy bien-

mama osa y sus hijitos


Aun así, cuando mamá osa se fue, los ositos no se quedaron muy tranquilos. La Sra Vaca decidió cantarles una canción (*) muy dulce y los tres ositos, poco a poco, se fueron tranquilizando y dejaron de llorar. Cuando mamá osa regresó, los tres ositos estaban cantando y bailando con la Sra. Vaca. ¡Se están divirtiendo! Su mamá se alegró mucho y  a partir de ese día cuando mamá osa tenía que ir a comprar, los tres ositos estaban muy contentos de ir a casa de la Sra. Vaca.


*Cantamos una canción

viernes, 7 de febrero de 2014

El pececito Azul

Travesuras de Patuca 

EL PECECITO AZUL




Travesuras de Patuca


Hace mucho mucho tiempo, cuando se crearon los mares azules y empezaron a surgir pececitos de todos los colores, formas y tamaños, nació un pececito azul, que iluminaba todo a su alrededor, con un bello resplandor que producía el suave roce de la luz del sol sobre sus pequeñas escamas.

El pececito azul no entendía por qué se reflejaba de esa forma la luz del sol en sus escamas y le daba pena muchas veces ir a jugar con sus amigos ya que su resplandor a todos les llamaba la atención.

Una tarde en donde la luz del sol no era lo suficientemente fuerte para poder jugar, debido a unas nubes grises que pasaban por ese lugar, todos los compañeritos fueron a buscar a su amigo el pececito azul para que ayudara con su bello resplandor a iluminar el lugar y compartir con ellos muchos juegos sin parar, en donde su grata compañía siempre era esperada con mucha alegría, respeto y admiración.

A partir de ese día, el pececito azul comprendió que las diferencias no son razón para apartarnos de nuestra familia, amigos y alrededor, ya que esas diferencias son precisamente las que nos hacen ser parte de un todo que solo funciona con la unión.



FIN!!


Después de contar el cuento, hemos pegado escamas azules en el pececito azul ;-)

viernes, 31 de enero de 2014

El pirata Malapata


 Travesuras de Patuca

El pirata Malapata



travesuras de patuca




El pirata Malapata, era uno de los bucaneros con más mala suerte que surcaba los mares. Todo lo que intentaba hacer, terminaba saliéndole al revés.




Una vez, tuvo la genial idea de secuestrar a una princesa y pedir un gran rescate por ella, pero al hacerse de nuevo a la mar...


 travesuras de patuca 


 Uno de los cañones del castillo, hizo blanco en su barco, permitiendo que la princesa quedara libre de nuevo.


travesuras de patuca


En otra de sus aventuras, encontró un enorme tesoro, que amenazaba con hundir su nueva nave. Para evitar quedarse sin barco, decidió esconder su botín en una isla cercana. 




Ocultado el tesoro de ojos indiscretos, se alejaron de la isla y cual no fue su sorpresa cuando al mirar por última vez el lugar, vieron como un gran volcán entraba en erupción y hacía desaparecer su preciado botín.




Superado este trance, volvió a hacerse a la mar, en un día muy tormentoso. Mientras paseaba por la cubierta oteando el horizonte, una ola gigante lo arrastró fuera del barco.


 travesuras de patuca 


 Aferrado al ancla, vio como un tiburón se acercaba peligrosamente hasta su posición, con muy malas intenciones. Aterrado ante la idea de acabar siendo su merienda, saltó con todas sus fuerzas al barco y arrancó la bandera del mástil.


travesuras d epatuca


Cansado de tantas malas pasadas, se retiró de la vida pirata y creó en el puerto, un pequeño negocio, con el que todo le fue de maravilla

viernes, 17 de enero de 2014

Roque, el muñeco de nieve



 Travesuras de Patuca 



Roque es un muñeco de nieve. Para ser un muñeco de nieve no es suficiente con estar hecho de nieve, hacen falta otras cosas. Roque está hecho con dos grandes bolas de nieve. Una de ellas forma su cuerpo y la otra, algo más pequeña es su cabeza. Con estas dos bolas de nieve, Roque tiene su cuerpo y su cabeza, pero aún no es Roque, podría ser cualquier muñeco de nieve.


Roque ha aparecido esta mañana, esta mañana el suelo estaba cubierto de nieve y los niños y niñas del cole han colocado las dos bolas durante su recreo, pero han tenido que volver a clase y Roque no ha terminado de crearse. Roque esta triste porque le faltan aún cosas para ser Roque, pero no puede hablar porque no tiene boca, no puede mirar porque no tiene ojos, pero si puede pensar porque tiene cabeza.


Roque espera impaciente el final de la clase para que los niños y niñas de la clase terminen de crearle y ser así Roque. Pero al terminar las clases todos los pequeños salen corriendo y van con sus familias, ninguno se acuerda de Roque. Esto le apena mucho.


Es el último de clase y comienzan las vacaciones de navidad, Roque piensa que se quedará así, sin llegar a ser Roque, porque los niños y niñas no vendrán a terminar de crearle. Así pasan varios días y Roque sigue siendo dos grandes bolas de nieve, un proyecto de Roque que no se ha terminado.


Pasan así varios días y Roque sigue esperando que alguien le ayude a ser Roque y dejar de ser dos simples bolas de nieve. Que alguien le de ojos, bocal, le ponga ropa y le dé así la vida que espera desde hace días.


La mañana de navidad, pasan por allí dos niños. Miran a Roque y recuerdan que comenzaron a crearle en el patio, pero que le dejaron sin terminar. Con ayuda del conserje los dos niños entran de nuevo en el patio y con alegría para ellos y para Roque, comienzan a darle vida. Con una zanahoria le colocan una nariz, dos viejos botones son sus ojos, Roque empieza a estar contento porque empieza a tener vida, ya puede ver y oler. Dos ramas se transforman en sus brazos, una bufanda abriga su cuello y un bonito sombrero adorna su cabeza. Que contento esta Roque ya, porque ya casi casi es Roque, ya casi tiene vida.


Pero aún le falta algo para terminar de ser Roque. Roque aún no tiene boca, y esto es algo muy importante porque podrá hablar, sonreír, bostezar, silbar, cantar y reír. Los niños buscan algo para hacer la boca de Roque, para esta parte tan importante no les vale cualquier cosa. El conserje les presta un lindo lazo rojo, el lazo es ideal para ser la boca de Roque.


Por fin el muñeco de nieve está terminado, Roque ya es Roque, único y especial, distinto a cualquier muñeco de nieve. Roque ya está contento.

muñeco de nieve


Os presentamos un cuento infantil que hemos trabajado en Nuestra Escuela. Para cambiar la rutina de contar un cuento leyendo, hemos hecho un muñeco de nieve con cartulina y las partes de su cuerpo: zanahoria, botones... Así, mientras transcurre la historia, los niños y niñas pueden ir poniendo a Roque las cosas según va pasando en la historia. 

martes, 10 de diciembre de 2013

Cuento corto ¡Hombre de color!

Travesuras de Patuca
 
 

¡Hombre de color!


Yo -hombre negro- cuando nací, yo era negro.
Tú -hombre blanco- cuando naciste, tú eras rosa.
Cuando yo crecí, yo era negro.
Cuando tú creciste, tú eras blanco.
Cuando yo tomo el sol, yo soy negro.
Cuando tú tomas el sol, tú eres rojo.
Cuando yo tengo frío, yo soy negro.
Cuando tú tienes frío, tú eres morado.
Cuando yo tengo miedo, yo soy negro.
Cuando tú tienes miedo, tú eres gris.
Cuando yo me muera, yo seré negro.
Cuando tú te mueras, tú serás amarillo.
¡Y TÚ me llamas hombre de color!

(Traducción del francés de un texto escrito
por Varóme Ruillier basado en un cuentopoema
de la tradición africana)

¿Quién le puso nombre a la luna?

travesuras de patuca
 
 
¿Quién le puso el nombre a la luna?
¿Habrá sido la laguna, que de tanto verla por la noche decidió llamarla luna?
¿Quién le puso el nombre al elefante?
¿Habrá sido el vigilante, un día que paseaba muy campante?
¿Quién le puso el nombre a las rosas?
¿Quién le pone el nombre a las cosas?
Yo lo pienso todos los días.
¿Habrá un señor que se llama Pone nombres que saca los nombres de la nombrería?
¿O la arena sola decidió llamarse arena y el mar solo decidió llamarse mar?
¿Cómo será?
(Menos mal que a mí me puso el nombre mi mamá.)
Mirtha Golberg
Derecho al nombre y nacionalidad

lunes, 18 de noviembre de 2013

La Castañera

Travesuras de Patuca os presenta un pequeño cuento sobre "La Castañera" donde nos relata quien es la castañera y a que se dedica.


LA CASTAÑERA

Había una vez una viejecita que vivía en una casa del bosque. Era la castañera. Llevaba siempre una falda muy larga que le llegaba hasta los pies, un pañuelo en la cabeza y una cesta en la mano. Cuando comenzaba a hacer frío iba por el bosque recogiendo castañas.
Un día vio que había muchas y empezó a recogerlas.
-castaña… a la cesta! – decía muy contenta la viejecita. Cuando tuvo la cesta bien llena, se fue al pueblo y encendió el fuego para poder asar las castañas. Pero, …
-¿Ay ¡ ¿ Y las castañas? ¿Dónde están ¿ - La cesta estaba completamente vacía. No quedaba ni una.
Empezó a llover y entre las gotas que caían al suelo, la castañera vio una castaña que caminaba.
-¿Cómo puede ser?-pensó- ¡Las castañas no caminan!. Pero… ¡si tienen cuernos!
Se dio cuenta que en lugar de castañas había cogido caracoles. Había por todos los sitios: en la silla, en el suelo, en la pared,…
Volvió corriendo al bosque para buscar castañas. Para no equivocarse empezó a cantar la canción:
“Caracol, caracol, saca los cuernos al sol”
Cuando terminó de cantarla dijo:
-¿No sacáis los cuernos? –Pues entonces sois castañas- Y esta vez no se equivocó, volvió al pueblo muy contenta con la cesta llena y empezó a asarlas, mientras gritaba:
-Castañas! ¡Castañas bien asadas, calentitas y sanas!
Y los niños que salían de la escuela, fueron corriendo y todas las castañas se comieron.